jueves, 12 de marzo de 2015

La revolución Francesa por Daniel Arnero del ISFDN 39 de Vicente López, Argentina

REVOLUCIÓN FRANCESA
LA REPÚBLICA

ÍNDICE



Primera Parte




Capitulo I

- Fundamentación del tema a investigar………………………………………05

Capitulo II

- Preguntas sobre cuestiones temáticas………………………………………07

Capitulo III

- Objetivos de la investigación………………………………………………….08

Capitulo IV

- Método y Técnica………………………………………………………………09

Segunda Parte




Capitulo I

- Orígenes del Terror. La guerra revolucionaria total……………………….11           

Capitulo II

- Enemigos. La ruptura de la burguesía francesa…………………………..14

Capitulo III

- Estrategias devenidas de la lucha…………………………………………..16

Capitulo IV

- Instrumentos……………………………………………………………………18

Capitulo V

- Resurgimiento e implementación del terror revolucionario……………....20

Capitulo VI

- Aceptación y rechazo………………………………………………………....22

Capitulo VII

-Triunfo de la reacción. Nueve del Termidor…………………………………24

















Tercera Parte


-          Conclusión………………………………………………………………..27


     -     Cronología………………………………………………………………..30


     -     Bibliografia.........................................................................................34

















































Primera Parte


“Defino la Revolución francesa diciendo que es el advenimiento de la ley, la resurrección del derecho, la reacción de la justicia”

Jules Michelet











Capitulo I

Fundamentación del tema a investigar



El fundamento es la razón de un juicio acerca de, en este caso, la elección del tema que me ocupará investigar.
El porque  de la elección, es a mi humilde comprensión, el importante   hito en la historia de la humanidad que constituye la Revolución Francesa de 1789, y dentro de ella, la caída del gobierno jacobino acaecido el 9 de Termidor del año 1794.
En el transcurso de una década de la revolución, se reproduce un giro considerable e irreversible en lo político-social, que no solo afecta la historia de Francia sino la de todo el mundo.
En parte por la enorme influencia en la destrucción del sistema feudal, pero principalmente por la edificación de nuevas formas de dominación social y un nuevo orden colectivo que marcarían un antes y un después de ella. Tanto es así que esta nueva ideología habría de dominar la política del siglo XIX.
Es la revolución de la libertad y de la igualdad en el apogeo del siglo de las luces, y se conciben dentro de ella dos importantes hechos, como lo son la declaración de los derechos del hombre y el ciudadano de 1789 y el  sueño de  la democracia social contenida en la constitución Jacobina  de 1793, que lleva en su núcleo un nuevo interprete de la historia: el pueblo.
Y en este último período es donde quisiera centrar mi investigación, pues se trata de la instancia más radical de la revolución, en donde se hace tabla rasa con los antiguos privilegios y servidumbres; y el pueblo representado por las clases mas humildes obtiene una mayor participación en la vida democrática de   la Republica.
Pero como todo hecho histórico, también presenta interrogantes y mi intención es investigar y descubrir por que se derrumba el período de supremacía jacobina, retornando a la revolución burguesa de 1789, representada por el directorio, nuevo órgano de gobierno.
Es quizás aquí, donde se detiene la maquinaria revolucionaria, que durante sus primeros cinco años había demostrado al mundo que aquella revolución de 1789 entraba en una escalada insurreccional incontrolable y se radicalizaba, aún mas, con la participación de las clases populares.
Justamente esta riqueza y esta lozanía en que las realizaciones concretas  se unen a las esperanzas para el porvenir, es lo que ha  otorgado a la revolución el alcance y el eco de que gozó no solo en Francia sino en Europa y mas allá aúnComplementariamente, la Revolución francesa experimentó la práctica de un gobierno revolucionario, esto es, la  puesta entre paréntesis de las libertades democráticas burguesas en el contexto de una amarga lucha de clases revolucionaria” (Introducción a la Revolución Francesa – Michel Vovelle – Página 77/78)
No fue precisamente una revolución pacifica, todo lo contrario, fue una revolución que amenazada en su interior, por la reacción pro monárquica, y en su exterior por la guerra declarada ante Inglaterra, Austria y Prusia, llegó a su pico mas sangriento durante el periodo del régimen republicano, comandado por los jacobinos.
Para finalizar, no quisiera dejar de resaltar la originalidad y la importancia de la  experiencia revolucionaria urbana en las filas de los sans-culottes parisienes y provincianos que lucharon por la participación en una democracia directa, como ideal político,  y quizás fueron los delineadores de las futuras luchas del  proletariado industrial en el siglo siguiente.















Capitulo II

Preguntas sobre cuestiones temáticas


Cuantos y cuan variados cuestionamientos se podrán efectuar ante el tamaño majestuoso del acontecimiento que nos ocupa. Cuanta cantidad de tinta, vertida desde el pensamiento critico de los más variados historiadores, se utilizó para plasmar este período de historia, en la cultura universal.
Sin empequeñecer mi voluntad ante la envergadura de la labor que deparará el trabajo, trataré de diseñar una gama de preguntas que mediante la investigación, me sugiera respuestas acordes al pensamiento critico que debiéramos desarrollar como investigadores de la historia.


La pregunta principal en el tema abordado es la siguiente:

¿Fue el régimen de “terror” la causa por las cual el gobierno Jacobino concluyó siendo derribado por la rebelión del 9 del termidor?


Por supuesto, que a éste interrogante lo atraviesan otros tantos que trataré de dilucidar,  y que citaré a continuación:

¿Qué peligros internos y externos afectaron la gestión del Comité de Salud pública, órgano ejecutivo, junto con el Comité de Seguridad general, de la Convención gobernante?

¿Hubo focos de resistencia a las políticas implementadas por el gobierno jacobino, representado por Robespierre, Saint-Just y Couthon, como los hombres de acción del Comité de Salud pública?

¿Qué intervención tuvieron en el interín del gobierno republicano: la reacción realista; la clase burguesa moderada; el campesinado  y el  pueblo trabajador urbano?

¿Qué motivó la aplicación de tanta violencia, persecución y ejecuciones colectivas?

¿Qué expectativas poseían acerca de la revolución, el pueblo representado por los Saint-culottes y las secciones de Paris?


No me cabe duda que con el transcurso del  trabajo van a aparecer otros interrogantes a escrudiñar para llegar a alcanzar el objetivo planteado en la pregunta principal.


Capitulo III

Objetivos de la investigación



El planteamiento de objetivos es la puesta en escena de la búsqueda de metas a las que debiéramos  arribar como colofón de nuestro trabajo. Estas metas debieran ser personales y colectivas.
Personales porque buscamos por todos los medios que nuestro esfuerzo sea premiado con la satisfacción de haber logrado un buen producto, que internamente retroalimente nuestra función creativa.
Colectivas, porque se busca que la investigación se convierta en un medio que enriquezca el nivel cultural de todos aquellos que se acerquen y dispongan del trabajo como herramienta educacional.
Este trabajo propone conocer un momento crítico, inserto dentro de un hito en la historia de la humanidad, como lo es la Revolución francesa de 1789.
Para ser mas preciso en la identificación del tema abordado, trataré de expresar en una somera línea de tiempo, todo el transcurso de la revolución.
Comenzaremos con un período pre-revolucionario,  que durante la década de 1780 promueve la inquietud de la nobleza francesa ante una gran crisis económica.
Luego se aviene el estallido de la revolución; que desde 1789 a 1791 es exclusivamente burguesa en sus principios esenciales, donde es impuesto el parlamentarismo como elemento atenuador del poder real.
Le sigue un período convulsionado y más violento, que durante 1792 produjo una escalada revolucionaria.
Los dos años posteriores al período precedente, 1793-1794, representan la idea mas radicalizada de la revolución del siglo de las luces. La formación de una nueva forma de gobierno de molde republicano con la participación democrática universal.
Por primera vez el pueblo participa en forma directa en la elección de sus autoridades y es reconocido como integrante activo de esta nueva sociedad en formación.
Es quizás aquí donde aposentaré mis esfuerzos para lograr la concreción del trabajo; siendo el interrogante a dilucidar: el porque de la caída de este  gobierno el 9 del Termidor de 1794.
Lo que sigue en esta riquísima historia es la última etapa, que, desde 1794 a  1799 vuelve a convertirse en una revolución exclusivamente burguesa, como  lo fue en la primera (1789/1791), representada por una nueva forma de gobierno como lo fue el Directorio.

Cabe resaltar la existencia de un objetivo personal en los resultados buscados, que auto-demuestren que tanto las herramientas como el esfuerzo  empleados son recompensados con un reconocimiento interno, pero mayoritariamente el objetivo principal es que mediante la  investigación pueda llegar a obtener una conclusión que además de valedera fuere útil a todo aquel que requiera escrudiñar el tema en cuestión.
Capitulo IV

Método y Técnica



Para concretar el objetivo que he trazado requeriré de la  asistencia de un método científico que respalde y autorice el resultado de la investigación.  Habiendo realizado un análisis previo de los métodos a mi alcance, y observando detenidamente el tema abordado, me inclinaré por utilizar la metodología cualitativa.
Esta metodología producirá datos descriptivos, o sea, las propias palabras de los individuos y las conductas observables.
La investigación cualitativa es inductiva, razonamiento por el cual se va de lo particular a lo general, de los hechos o fenómenos a las leyes, y de los efectos a las causas;  y esta última es nuestra mayor preocupación por  alcanzar.
Se desarrollan conceptos y comprensiones partiendo de las pautas que arrojan los datos recogidos,  sin evaluar modelos, hipótesis o teorías preconcebidas.
Se ve al escenario y a las personas involucradas desde las distintas relaciones de interacción entre los componentes.
Se trata de comprender a las personas o hechos investigados dentro de su marco de referencia,  apartando las propias creencias, perspectivas  y predisposiciones que traigan consigo el investigador.
Por otra parte, para  este ultimo, todas las perspectivas son valiosas y de  alguna manera inciden en el esclarecimiento de los hechos.
El método cualitativo es humanista, e influye necesariamente sobre el  modo en que vemos a las personas; por lo cual ciertos personajes pertenecientes a hechos históricos toman forma de héroes o villanos, desde la posición del investigador. 
Por ello las evaluaciones cualitativas están siempre sujetas a los errores del juicio humano.
Para no incurrir en errores de juicio, la investigación cualitativa obtiene un conocimiento directo de la vida social y le preocupa la  precisión de los datos obtenidos, en forma sistemática siendo conducida por procedimientos rigurosos.
Todos los escenarios y personas son dignos de estudio. Ningún aspecto de la vida social es demasiado vulgar o trivial como para no ser estudiado.

Con relación a los datos descriptivos que produce la metodología, el objetivo es llegar a conocer  las  situaciones  y actitudes predominantes a través de la reseña exacta de las actividades, objetos, procesos y personas involucradas. La meta no se limita a la recolección de datos sino a la identificación de las relaciones  que existen entre dos o más variables.

Con respecto a la técnica heurística, palabra que proviene del término griego heurisko, que quiere decir yo busco, descubro y se utiliza para encontrar lo nuevo, lo desconocido; será la cual, mediante su empleo se hallarán las respuestas a través del manejo de las fuentes escritas.












Segunda Parte


“La razón crea la ciencia; los sentimientos y las creencias conducen la historia”

Jorge Thènon












Capitulo I

Orígenes del Terror. La guerra revolucionaria total



La guerra es la forma de conflicto mas grave entre dos o más grupos de personas o sociedades. Es quizá una de las más antiguas de todas las relaciones humanas, y conjetura el enfrentamiento fundado entre grupos armados, con el propósito de consumar la destrucción o dominación del antagonista.
Es producida por múltiples causas, entre las que suelen estar el mantenimiento o el cambio de relaciones de poder, o dirimir diputas económicas y/ó territoriales. 
La guerra es el mayor conflicto de un Estado, es la base de la vida y la muerte, de la supervivencia y/o la extinción, del poder y la dominación. Por lo tanto, es imperativo conocer las consecuencias que promueven en la psiquis de quien participa de ellas; y el objeto de su  participación.
La caída de la obsoleta maquinaria monárquica francesa y el consiguiente surgimiento de nuevas formas de gobierno, con la participación activa de nuevos estratos sociales, incomodaba indudablemente a los gobiernos vecinos, de esta nueva Francia reivindicadora de los derechos individuales, las libertades y la igualdad.
La Francia revolucionaria difería, indudablemente, con las monarquías ilustradas  europeas, emparentadas más o menos en forma directa, con los soberanos galos. Internamente, la derecha había sido derrotada por el fervor revolucionario; pero, esa misma  derecha, para poder distraer la atención del pueblo, comenzó a encontrar el hecho concreto, que según su imaginario, produciría la derrota de la nueva Francia: la guerra.
Los diputados de la Gironda, revolucionarios moderados emplazados en el poder; Dantón, el personaje mas pragmático de los sectores de mayor rebeldía, y los diputados del centro, coincidían que los enemigos de la revolución deberían ser  combatidos y expulsados del territorio sagrado de la Nación; y que los objetivos revolucionarios deberían ser llevados mas allá de las fronteras, para hacer libres a  otros pueblos.
Mientras tanto, el pueblo francés, crédulo como toda población en iguales circunstancias cede al fácil llamado patriotero de los diputados Girondinos. Todos los parlamentarios parecían estar a favor de la conflagración armada, menos Robespierre, el moralista diputado de la izquierda Jacobina, quien exclamaba acerca de las calamidades que sobrevendrían con ella para el pueblo francés; que no estaba preparado para tal suceso.  No obstante, con esta actitud, la izquierda perdía su reputación de patriota ante los ojos de su pueblo.
Pese a las campañas  de los enemigos de la guerra, no se puede evadir la lucha y allí marchan los federados a la frontera a combatir lo que se  considera como el azote extranjero, donde correrá sangre popular, mientras los liberales, en París, suspiran al ver como sus propiedades y demás derechos burgueses van resultando a salvo.
Sin embargo, tras el triunfo obtenido en la batalla de Valmy por los franceses, contra los prusianos, la alegría vuelve a la nación; pero la guerra está   allí esperándolos ante el acoso de las monarquías vecinas, que en perfecta sintonía con la reacción realista interna, no aceptan la nueva realidad francesa y menos a su pueblo erguido en armas.
Y al terror de la guerra en lo externo, se suma la beligerancia interna, que se hace explicita ante la situación del monarca y su familia. ¿Qué hacer con ellos? Que hacer con Luis XVI y su esposa, María Antonieta, cuando, casi probado se encontraba su vinculación con el ataque que las monarquías vecinas ejercían sobre la Francia revolucionaria.
La joven República comienza a mostrar, en sus representantes, las distintas tendencias acerca del futuro de la familia monacal. Por una parte, los montañeses, representados por los revolucionarios Jacobinos, solicitan que sea juzgado por la Convención y, una vez probados sus cargos de tirano de la nación y traición a la misma, debería ser  ejecutado; y que esta ejecución era una postulado inevitable para que la patria persistiese.
Los tibios de la Gironda, eternos amantes de mantener el  “status quo”, pretendían un tratamiento escéptico de la cuestión, pero se vieron arrastrados hacia la solución que demandaba el juicio al monarca, ya que temían ser acusados de contrarrevolucionarios. Y aunque veían en el rey a un enemigo de la  revolución, temían más por las posibles conquistas sociales que tenían como  colofón los miembros mas avanzados del movimiento revolucionario.
La izquierda turbulenta, representada por los Jacobinos,  incriminaba a los ediles girondinos de pretender restituir la monarquía; de ser antirrepublicanos y de ser afines con las potencias enemigas de la República; que estaban preparadas para invadir Francia y reponer a Luis XVI; lo que era justificablemente cierto. Ante esta disyuntiva, y temerosos de ser descubiertos, los girondinos, resolvieron sacrificar al acusado y salvaguardar de esta manera su prestigio.
El 21 de Enero de 1793, Luis XVI, subió al cadalso para ser decapitado. Desde ese mismo momento, los diputados girondinos, supieron que la guillotina sería el mecanismo depurador de todo aquel que contrariara los designios de una izquierda revolucionaria que estaba siendo estimulada por el poder encrespado de un pueblo, que por primera vez se orientaba hacia formas de gobiernos mas democratizadoras y se convertía en un nuevo actor social, en la disputa del poder.
Esta coyuntura preparaba la llegada al poder ejecutivo del grupo Jacobino, que haciéndose cargo del Comité de Salvación Pública, y apoyado por las clases bajas, emprendería una escalada revolucionaria, tan congruente  con la sangre que sería derramada en su consolidación como gobierno.
En el curso de la crisis, la joven república francesa descubrió o inventó la guerra total: la total movilización de los recursos de una nación mediante el reclutamiento en masa, el racionamiento, el establecimiento de una economía  de guerra rígidamente controlada y la abolición virtual, dentro y fuera del país, de la distinción entre soldados y civiles. Las consecuencias aterradoras de este descubrimiento no se verían con claridad hasta nuestro tiempo. Puesto que la guerra revolucionaria de 1792-1794 constituyó un episodio excepcional, la mayor parte de los observadores del siglo XIX no repararon en ella mas que para señalar (e incluso esto se olvidó  en los últimos años de prosperidad de la época Victoriana) que las guerras conducen a las revoluciones, y que, por otra parte, las revoluciones ganan guerras inganables. Solo hoy podemos ver como la república jacobina y el “terror” de 1793-1794 tuvieron muchos puntos de contacto con lo que moderadamente se ha llamado el esfuerzo de guerra total.” (Hobsbawm Eric – La Era de la Revolución: 1789-1848 – Página 75)





Capítulo II
Enemigos. La ruptura de la burguesía francesa

En 1792, Petión, Alcalde de Paris declara que el único medio de afirmar el triunfo de la revolución era la alianza entre el pueblo y la burguesía. Es revelador que el mismo personaje exprese, posteriormente, que las propiedades burguesas se encuentren en peligro ante la sublevación popular. Esta actitud del hombre que alguna vez, estuviera vacilante entre los Girondinos y los Montañeses, expresa la ruptura de la burguesía francesa con las clases populares.

Evidentemente, para una gran fracción de la burguesía, el mayor peligro, era  el encarnado por la subversión social. Por lo tanto, aparece el retorno al orden, como una necesidad concluyente. Los grandes puertos, escenario de la prosperidad del capitalismo mercantil, se convierten en la cuna de estos líderes que se dan en llamar, Girondinos. Por el contrario las raíces de los montañeses, también burgueses pero revolucionarios, se encuentran en los jacobinos, tanto en Paris como en las plazas fuertes provinciales.

Las anteriores actitudes serán mejor precisadas si se tiene en cuenta a una tercera fuerza que estaba fuera de las asambleas: Las masas populares constituidas por la fuerza sans-culoterie. Dicho grupo se organizaba en el marco de asambleas de las secciones urbanas.

La guerra revolucionaria con las potencias vecinas impone la misma lógica diferencial, en su tratamiento, por las distintas facciones. El partido que domina el parlamentarismo de la Convención es el Girondino; combativos en el exterior y moderados en el interior. Un cuerpo de elocuentes oradores, de refinada intelectualidad, pero absolutamente desatinados en sus políticas. Su ejército, lo que quedaba de la antigua formación francesa, es ineficaz e inseguro. Su general en jefe, Dumoriez, no tardará en deslizarse a las líneas enemigas.

Solo unos métodos revolucionarios sin precedentes podrían ganar la guerra contra la intrusión extranjera; y en lo peor de la disputa, las robustecidas manos de la izquierda se convierten en las únicas capaces de alcanzar la victoria.
Desalojada, la burguesía moderada, no solo de la dirección de la contienda, sino que también del poder, desatan virulentas embestidas contra la facción de izquierda, que se convertirían en organizadas insubordinaciones contra París.

Pero superados, con el costo de sugerente cantidad de muertes, los enfrentamientos entre la burguesía moderada y la revolucionaria; ésta última, aún triunfante, descubre un nuevo enemigo: la radicalizada izquierda representada por el combativo pueblo de las secciones de París.

La radicalización revolucionaria llevó su arremetida a la Convención embistiendo contra los Comités encargados de la administración oficial. Tanto el Comité Seguridad General, como el Comité de Salvación Pública fueron objeto de imputaciones por dudas en el envío a los tribunales de Girondinos acusados de traidores a la revolución. Se llegó a esgrimir la palabra insurrección y el grupo “Hebertista” no fue escuchado. La larga disputa que sostuvo aquel foco revolucionario radical, contra los representantes oficiales de la revolución concluía con más muertes. El Ayuntamiento de París que había representado el faro de la Francia revolucionaria pasaba a ocupar otro engranaje del Estado, constituido por los Comités.

En este momento reaparece el gran enemigo de la revolución: la contrarrevolución realista; la crisis resultante por la ausencia de los revolucionarios Hebertista en la Convención, les sirve de sustento para manifestaciones de satisfacción y el impulso dado a Dantón para embestir contra los Comités. Los Girondinos aprovechan esta situación  para refugiarse bajo el  supuesto amparo de este último y el bloque se prepara para producir un golpe institucional.
El proceso es ahogado por los Comités, que resueltos en dar un gran golpe a la derecha, inmola a Dantón, que es ejecutado en la guillotina. La Gironda decide patrocinar al convencional insurrecto, pero un vigoroso levantamiento popular, lo impide, cortando la palabra de los defensores. Todos ellos fueron ejecutados.

La victoria de los Comités Jacobinos se convierte en la conquista del orden, pero en todo proceso revolucionario el triunfo del orden origina el cierre del período rebelde. Podrán perpetuarse algunas convulsiones, pero la revolución ha revocado su propio progreso.

Ya en las postrimerías de 1793, la Convención retira a las Secciones de París, el derecho a convocar sus asambleas generales, tan asiduamente como quisieran. Como respuesta, a tal actitud, esas masas populares,  promueven la creación de sociedades, a las cuales llamarán “seccionarías”. 
Los Jacobinos, ya en el ejercicio del gobierno, repudiaban a esas sociedades y comenzaron por atacarlas, considerando que el grupo realista haría un esfuerzo concertado para apoderarse de ellas y utilizarlas como ariete contrarrevolucionario.

La burguesía revolucionaria empezaba a permanecer sola en el poder. La distancia con las restantes facciones político-sociales se ampliaba, y los enemigos eran equiparados a todos aquellos que no estuvieran de acuerdo con las disposiciones de los Comités.

“Nuestros mayores enemigos – añadía Jambón Saint André – no están afuera; están a nuestra vista; en medio de nosotros; quieren llevar más lejos que nosotros las medidas revolucionarias.”
(Kropotkin Piort – Historia de la Revolución Francesa – Página 446)

Como consecuencia de las constantes pugnas fraccionarias, Robespierre, máximo líder Jacobino, culmina por enfrentarse con sus aliados políticos y su propio partido. Emplazado en las extremidades del pensamiento revolucionario y a veces, también, reaccionario; emprende el camino hacia la ulterior caída del gobierno Jacobino.



Capítulo III
Estrategias.
 Devenidas de la lucha

Con gran exaltación las clases populares, encarnadas por los Sans-culottes, acogieron la guerra revolucionaria.  De este modo daban por asegurada la capitulación de la contrarrevolución realista y la consecuente intervención de los Estados extranjeros que apoyaban al viejo régimen. Por otra parte, los procedimientos utilizados, por el gobierno revolucionario, mantenían movilizado al pueblo, lo cual  abría la puerta al ejercicio de la justicia social; a lo cual aspiraban.
Los peligros que hostigaban a la República, llevó al régimen revolucionario, a emplazar un nuevo sistema de instituciones. Todo ello pese a las reticencias girondinas afectos a defender el status quo.
Una de las primeras medidas fue la instauración de un tribunal criminal extraordinario en París; que se convertiría en tribunal revolucionario en las demás ciudades y en los Burgos. Consecuentemente, una red de Comités de vigilancia, maniobraría como encargado del control de los sospechosos y de sus acciones contrarrevolucionarias.

En Abril de 1793, se creó  el comité de salvación pública, que en sus comienzos fue influido por un revolucionario moderado como Danton. Éste fue sucedido por el Jacobino Robespierre, el cual lo envío a la guillotina, arrasando psicológicamente a la oposición girondina.
Casi excluidos de la revolución, los Girondinos trataron de resistir, pero su falta de prudencia favoreció al gobierno jacobino para acabar de someter a toda oposición que los enfrentara.
Uno de sus portavoces, Isnard, en un famoso discurso, amenazó a Paris con una subversión total a su regreso (“Buscarán en los prados del Sena si Paris existió o no…”) si este centro de influjo revolucionario llegaba a atentar contra la legalidad….”
(Vovelle Michel – Introducción a la Revolución Francesa – Pagina 47)

A esta bravata el movimiento popular, movilizados por los revolucionarios en el gobierno, rodeo la Convención y fueron detenidos, por la Guardia Nacional, un total de 29 diputados Girondinos, cuyo destino fue la guillotina.

Para los diputados de la montaña y para los jacobinos dirigentes de los comités revolucionarios, fue una victoria abrumadora y decisiva. Con prisa y con el apoyo popular se promulgó la Constitución del año I, cuyo texto adquiere la forma de expresión mas avanzada del ideal democrático de la Revolución Francesa. Pero no se aplicó, pues el gobierno declaró inmediatamente: “El gobierno de Francia es revolucionario hasta la paz”; en función de las urgencias que demandaba la lucha surgida de la guerra por la libertad contra sus enemigos.
Los Comités, a cargo de la gestión ejecutiva del gobierno revolucionario, vislumbraban un nuevo antagonista, del cual trataron de apartarse cada vez más. Se trataba del Municipio o de la Sección parisina; a los cuales atenuaron y emplazaron bajo su poder, transformándolos en engranajes de la maquinaria estatal. Para someterlos, so pretexto de reprimir abusos, hizo de los funcionarios municipales, burócratas asalariados, dependientes del Estado.

En cuanto a los comités revolucionarios provinciales, los sometió a la jurisdicción del Comité de Seguridad General; a cual confirió el derecho de depurarlos y nombrar a sus miembros.

“Tratando de centralizarlo todo en sus manos, como lo intentó la monarquía en el siglo XVII y despojando a los órganos populares del nombramiento de jueces, de la administración de la beneficencia, como seguramente también de las demás funciones administrativas, y sometiéndolos a su burocracia en  materia de policía, el estado mataba las secciones y los municipios revolucionarios.”
(Kropotkin Piort – Historia de la Revolución Francesa – Página 448)

El efecto proveniente de la concentración del poder estatal en manos de los comités, fue la consiguiente muerte de las Secciones de Paris y sus sociedades populares; que habían sido devoradas por el estado. La caída de estos últimos vestigios populares, preparó la muerte de la misma revolución.

Luego de inducir la caída de sus enemigos de izquierda y de derecha, los comités persistieron en la centralización del poder en sus manos. Los Ministerios que estaban subordinados al de salud pública, fueron eliminados y sucedidos por comisiones ejecutivas; cada una de ellas bajo el celo de un sector de dicho comité.
Por otra parte, este mismo órgano ejecutivo  se arrogó el derecho a convocar, por si mismo, a los integrantes de la convención que estuvieran en el interior del país, en su carácter de mandatarios en misión.  De esta manera, extendía su autoridad hacia la Convención.

En las provincias, la aniquilación en masa y sin distinción, de los jefes contrarrevolucionarios y sus partidarios, sembró odios muy profundos contra sus ejecutores, identificados como Jacobinos locales y convencionales en misiones ejecutivas. Esta situación generaba que el escenario se convirtiera en mas difícil de manejar para el gobierno central, quien recurría a la represión como medio estratégico de dominación.

“El frecuente uso de la guillotina llegó a crear una extraña situación del espíritu. Paris estaba espantado; por todas partes oíanse palabras de disgusto, de inquietud. Se temió que estallara una epidemia. Los vivos creyéronse arrastrados por los muertos. Lo que no se osó decir en nombre de la humanidad, se dijo en nombre de la higiene. Tantos muertos, tanta sangre derramada por las calles, parecía que iba a desarrollar una enfermedad espantosa. […] En el arrabal, hombres y mujeres sintieron en el corazón el frío de la muerte; de ahí su inmovilidad, su indiferencia el 9 del Termidor. Nada hicieron por sostener un régimen que durante días les había proporcionado tan terrible espectáculo.”
Michelet Jules – Historia de la Revolución Francesa – Libro XVIII – Pág.245





Capítulo IV
Instrumentos

La labor del gobierno jacobino se congregaba en movilizar el apoyo de las masas populares en contra de los discrepantes del partido Girondino; como así también contra los notables provincianos; los cuales ejercitaban no despreciable presión opositora dentro de la Convención.

Por otra parte, y de mayor deferencia, los Comités se esforzaban por conservar el apoyo de los sans-culottes parisinos, cuyas peticiones, en su mayoría, armonizaban con el sentido común jacobino. Tanto en el esfuerzo de guerra revolucionario con las levas de soldados en masa, como en el control  general de precios (Máximum), como en el establecimiento del terror para los traidores, la coincidencia era total; pero no así en otras demandas indicadas como inoportunas por el gobierno.

Un instrumento legal que sellaría el avance revolucionario, en materia político-social, y aunque no aplicada, por declararse el gobierno en emergencia hasta lograr la paz, fue la Constitución de 1793.
Este contrato social, varias veces dilatado por los Girondinos, era un documento, por el cual el pueblo accedía al sufragio universal. Contenía el derecho de insurrección, el de trabajo y el de alimento; cambios substanciales para una sociedad sometida al poder señorial. Pero lo mas revelador era la declaración del bien común, como objetivo del gobierno revolucionario y que los derechos del pueblo no serían meramente factibles, sino efectivos.

Esta Constitución constituiría la primera genuinamente democrática promulgada por un estado moderno.
Todos los derechos feudales, aún existentes, serían extinguidos sin indemnización alguna, incautando las tierras de los nobles emigrados.

La pugna del régimen en manos del estado mayor robespierrista, con la izquierda Hebertista y con la derecha girondina; obtuvo como resultante el sangriento triunfo del gobierno, que lo deja sin oposición abierta. Este proceso le acarrea una nueva experiencia: la soledad en el poder, mientras se sientan las bases para edificar la República. 

“En Abril los decretos de ventoso representan el punto culminante del compromiso social de la burguesía montañesa, cuando confisca los bienes y las propiedades de los sospechosos, esto es, en lo esencial, de las familias de los emigrados, […], esta medida tenía sus límites. No era en absoluto, como se ha dicho, una medida socialista, pues no cuestionaba el derecho de la propiedad. Por lo demás, por falta de tiempo, los decretos de ventoso nunca se pusieron en práctica.”
(Vovelle Michel – Introducción a la Revolución Francesa – Página 55)

Con relación a la ordenación de las leyes y sus derivaciones, hubo una de ellas que exigió fundamental atención. Se trata de la afamada ley del 22 de Pradial referente a la nueva estructura del tribunal revolucionario. Dicho tribunal sería divido en secciones y la cantidad de jueces y jurados sería menor a la disposición anterior. Esto le daría más agilidad en el tratamiento y sentencia de los elementos contrarrevolucionarios.
Dictar esa ley produciría la bancarrota del régimen, fundando un estado de inseguridad en todo el espectro político, pues todo aquel que resultara sospechoso de enemigo sería precipitadamente juzgado y rápidamente ejecutado.
En seis semanas maduró la consiguiente contrarrevolución.

  



Capitulo V
Resurgimiento e implementación del terror
Revolucionario


Uno de los órganos ejecutivos de mayor escala en el gobierno revolucionario fue, sin duda, el Comité de Salvación pública. La jerarquía de este Comité empequeñece al otro gran Comité de Seguridad General.
Es el de Salvación Pública quien profesa el verdadero poder central y al mismo se someten los ministerios de gobierno, como así también el otro Comité.
El régimen de terror, en París, es sistematizado por el primero y el de Seguridad General solo se encarga de su efectiva aplicación. En cuanto a lo que concierne a las provincias y a sus ciudades, fueron nombrados Comisiones revolucionarias locales digitadas por los convencionales parisinos en misión diplomática, cuya estadía era por un tiempo determinado.
Por otra parte, era también el ejército revolucionario en el interior quien oficiaba de agentes del terror en los departamentos. Pero en este caso, esas alineaciones salidas de las filas de los sans-culottes le resultaban sospechosas al gobierno central; por lo cual, en el invierno de 1794 decretó su disolución.

“El resultado de esta movilización de energías nacionales se inscribe sin ambigüedad en la reorganización de la situación política y militar. Los enemigos de dentro han sido derrotados, o contenidos.”
(Vovelle Michel – Introducción a la Revolución Francesa – Página 52)

En lo relativo a la guerra contra los estados colindantes, y en una esforzada ofensiva, efectuada en la primavera de 1794, el régimen obtiene la victoria de Fleurus. Este tan importante triunfo, preludia a la reconquista de Bélgica, y se obtiene a solo un mes de la caída del gobierno Jacobino.

En las ciudades el control sobre los precios y el racionamiento, favorecía a los sectores populares; pero eran afectados con el congelamiento de los salarios. Las decomisas de alimentos, en las zonas rurales, provocaban el odio de los campesinos. Por ello, estos sectores de la población se fueron apartando, cada vez más, del apego por el régimen. Y esto se extendió, más aún, después del proceso y ejecución de la más radicalizada izquierda convencional; la representada por los partidarios de Hebert.
Los sectores moderados de la Convención se alarmaron por las consecuencias de los ataques gubernamentales, tanto sobre la izquierda como sobre la derecha.

“En la historia siempre los Danton han sido derrotados por los Robespierre (o por los que intentan actuar como Robespierre), porque la rigidez puede triunfar en donde la picaresca fracasa. […] En Abril de 1794, tanto los componentes del ala derecha como los del ala izquierda habían sido guillotinados y los robespierristas se encontraban políticamente aislados. Solo la crisis bélica los mantenía en el poder. […] El final se preveía.”
(Hobsbwan Eric – La Era de la Revolución – Página 79)
En Paris y en toda Francia se acudía al reinado de la muerte como espectáculo  diario. Cabeza tras cabeza, caían en el cesto de la guillotina, mientras una legislación magnánima  se escribía con esta sangre.

Se podría admitir que era ineludible derramar tanta sangre en pos de los principios revolucionarios, mas aún, si la conjunto de los ejecutados pertenecía a personajes del antiguo régimen o de una burguesía antagonista, pero lo que no armonizaba con la realidad era el guillotinamiento de los  mismos revolucionarios que llevaron a Francia a este turbulento presente.

Todo lo que con anterioridad a su muerte, habría planteado Marat, en su periódico “El amigo del  Pueblo”, se estaba consumando. El terror sometía el escenario francés, mientras se recordaba los dichos del mismo Marat, cuando sugirió: “No es en las fronteras, sino en las capitales donde debe golpearse”.

Por ello, no vaciló Robespierre, en disponer de la guillotina para los moderados diputados girondinos, a los que consideraba verdaderos enemigos de la revolución.
Tampoco dudó en implementar la necesaria represión de las guerrillas vendeanas y bretonas, en el interior del país, para terminar drásticamente con esos focos subversivos.
El régimen establece una leva masiva de hombres para luchar en los dos frentes, el interno y el externo. Y para el primero organiza una guerrilla ultrarrevolucionarias, la que llevaría una guillotina, a cuestas, para hacerla funcionar  cuando fuere necesario.

Mientras tanto en París, y a raíz del desabastecimiento de alimentos provocados por los comerciantes; es sospechado el líder de la izquierda radicalizada, Rene Hebert. Con ese pretexto y puesto bajo la jurisdicción de la  ley de sospechosos,  es juzgado por un tribunal revolucionario y sentenciado a la pena de muerte, acompañado por sus colegas más conspicuos.

“Hebert en su camino al cadalso, no comprende, como su  amado pueblo lo abandona a su suerte, burlándose de él. […] Los llamados ultraizquierdistas habían sido eliminados. La posteridad habría de recordarlos siempre, como acontece con los que mueren por un ideal”
(Montacuto Chaminaud Vanesa – El Socialismo en la Revolución Francesa – Página 137)
                             



                               Maximilien Robespierre




Capitulo VI
Aceptación y rechazo

Todo proceso revolucionario sobrelleva cambios paradigmáticos que perturban distintos aspectos de las sociedades implicadas en dichos procesos. La sociedad francesa de finales del siglo XVIII, no fue una excepción a la regla. La revolución de 1789, y más precisamente, el período más agitado de la misma, 1793, produjo cambios que fueron  centro de la aceptación o el rechazo de sus propios actores.

La realeza francesa, de raíz católica, e íntimamente relacionada con el Papado romano, contenía a una sociedad, que en su mayoría, practicaba el cristianismo como su religión.

La república francesa, piedra fundacional de los magnos cambios, produjo ciertas excursiones ideológicas en el interior del país, realizando sistemáticas cruzadas de descristianización.
Dichas campañas, estimuladas por el sector de los sans-culottes y la izquierda mas radicalizada de la Convención, serían rechazadas o enérgicamente resistidas por los fieles católicos. El enfrentamiento suscitado entre el ateísmo de las fuerzas populares de izquierda y el más rancio catolicismo aldeano provocó pugnas de inusitada violencia.

Por otra parte, la jefatura del Comité de Salvación Pública, intentando neutralizar al prominente ateísmo, intenta emplazar una nueva religión cívica.
Esta nueva religión, denominada del “ser supremo”, estaba basada en el culto a La Razón, asignando los preceptos del “divino” Jean Jacques Rousseau.
La aceptación o el rechazo hacia las políticas perpetradas por el jacobinismo en el poder convivían con el inmutable silbido de la guillotina que recordaba a los políticos que nadie podría sentirse seguro de atesorar su vida.

Se forjaron varios planes de insurrección contra el régimen, dos de los cuales decretaron sendas hornadas de centenares de imputados a la vez. Desarrollado en varias secciones, los realistas reaccionarios y los presidiarios fueron conducidos juntos al pertinente cadalso, sin distinciones estamentarias.

Y ante tal escenario, el pueblo trabajador de Paris, comenzó a inclinar sus simpatías hacia las víctimas de los tribunales revolucionarios. Pues consideraba que los ricos habían emigrado al exterior y la guillotina vertía sangre de la gente pobre.

“Lo cierto es que cada nueva hornada de ese género adelantaba la caída del régimen Jacobino. Sucedió lo que es natural que suceda, aunque sea incomprensible para los hombres de Estado: El terror había cesado aterrorizar”
(Kropotkin Piotr – Historia de la Revolución Francesa – Página 470)

Se acerca el final, el terror vuelve sobre sus pasos y sus progenitores serán sus próximas víctimas.
En una dramática sesión convencional, se ordena el arresto de Robespierre y sus más conspicuos colaboradores del Comité de Salvación Pública. La comuna de París sigue siendo fiel a los Jacobinos y se organiza para procurar su rescate, pero la deficiente organización del mismo pone de manifiesto la falta de apoyo ofrecido por el pueblo parisino.

Sin la resistencia popular de su lado, la cúpula Jacobina, cae sin combatir en manos de las fuerzas de la Convención. Con su ejecución se pretende terminar con el régimen de terror que aquejaba toda Francia y la inseguridad reinante. Lo que si se establece como determinante es el fin de la revolución jacobina, la cual había superado los límites establecidos por la burguesía revolucionaria de 1789. La revolución contenía un límite aceptado por las mismas fuerzas que la generaron.















Capítulo VII
Triunfo de la Reacción
9 del Termidor

Robespierre, dirigente natural de los Jacobinos y a cargo del poder ejecutivo de la República gozaba de muchos adeptos que llegaban a su idolatría. Pero así también, debía hacerse cargo de una oposición que lo detestaba y aprovechaba toda situación próspera para denostarlo.
Sus adversarios trataban de presentarlo como un personaje odioso, autor del terror que los azotaba y hasta ridiculizarlo, con el objeto de deteriorar su imagen y despojarlo del enorme poder que exhibía.

La festividad del Ser Supremo, efectuada en París, implicó la apoteosis para Robespierre; pero esta victoria es amarga e inconsistente. Comenzó a plasmarse una alianza en su contra que contaba con viejos colaboradores de la represión ejecutada en las provincias, ligados a protagonistas de la reacción.
En el propio Comité de Salvación Pública, del cual ejercía su poder, dejó de existir la uniformidad de pensamientos, y la izquierda del mismo comenzó a atacar resueltamente al mismo Robespierre y sus colaboradores más cercanos. El aislamiento de la cúpula que gobierna el régimen es cada vez mayor.

Una revolución debe generar el bienestar común. Cada vez que alguna de ellas determina un cambio de fortunas, debería hacerlo pensando en las comunidades y no a favor de los ciudadanos individualmente. Esta última situación se interpreta como la formación de personalidades enriquecidas a expensas de la Nación. Es allí donde se encuentra uno de los pecados de la revolución; pues las tierras confiscadas a la Iglesia y a los nobles, fueron a manos de los particulares, no teniendo en cuenta al pueblo de las ciudades,  las villas y las aldeas, que habían sido sus antiguos dueños.

“Gradualmente la influencia perniciosa de aquellos usurpadores, reforzados por los especuladores de París y los proveedores del ejército, llegó a la Convención, donde los honrados montañeses se veían desbordados e impotentes para contener a los aprovechados. En efecto, ¿Qué podían oponerles? Aniquilados los rabiosos y paralizadas las secciones de París, ¿Qué les quedaba más que el Pantano o el centro de la Convención?”
(Kropotkin Piotr – Historia de la Revolución Francesa – Página 473

No encerraba duda alguna, que ese gobierno no podría subsistir. Los moderados que constituían la Convención se servían de tal estado de ánimo. Tanto los girondinos como el grupo del pantano se articulaban para tratar de precipitar a Robespierre y sus aliados.
Y en esta disputa, el poder Jacobino, no gozaría de la protección por parte de los movimientos populares parisinos, a los cuales había mutilado y acallado con el uso de la guillotina.

Robespierre, en un acto desesperado, embistió al Comité de Seguridad General, evidenciando un complot contra la Convención.
En una alocución de muy elevado voltaje, se protegió de las calumnias, de las cuales era objeto; y de la imputación a sus tendencias dictatoriales. Como reacción, acusó reciamente a sus adversarios, tratándolos de aristócratas y bribones, calificación usurpada a los rabiosos.
Concluía con la depuración del Comité de Seguridad General, subordinándolo al de Salvación Pública y un rigurosa condena a los traidores, todos ellos miembros de la misma Convención.
El terror se volvía contra los mismos órganos que conformaban la autoridad máxima de la Nación.

“Cuando regresó a su casa Robespierre, las señoras Duplay, temblorosas, expresaron su ansiedad. Robespierre dijo: “Nada espero ya de la Montaña. Pero la mayoría de la Convención es pura y me escuchará”. La mayoría, la masa, era el centro y la derecha. Su discurso del 8 contenía los más fuertes llamamientos a esta masa. […] Robespierre, la derecha y el centro, sin tratar directamente con Robespierre, estaban ligados con fuertes lazos, los de la complicidad en las cuestiones religiosas y en las ejecuciones de Desmoulins, Fabre y Danton. ¿Quiénes si no la derecha y el centro, dieron a Robespierre la fuerza de la dictadura? En realidad,  la derecha pensaba (como en casi toda Europa) que después de todo, Robespierre era el único hombre de orden.”
Michelet Jules – Historia de la Revolución Francesa – Libro XVIII – Pág. 252

Al día siguiente, cuando Saint-Just planteó la lectura del dictamen final, la misma Convención fue la que demandó el arresto de los acusadores. Tampoco pudo hacer uso de la palabra Robespierre; la Convención les había propinado un golpe mortal.

Ante este escenario, el Municipio decreta su insurrección, pero las Secciones se negaban a insubordinarse contra la Convención, en socorro de los que habían guillotinado a sus principales dirigentes. París no reaccionaba interpretando que la revolución había abandonado la lucha por lo popular.
Al día siguiente fueron ejecutados Robespierre y todos sus aliados políticos, llegando a veintiuno el numero de guillotinados. Los sentenciados a muerte fueron insultados por una multitud contrarrevolucionaria.
La revolución había llegado a su fin. La reacción la había derrotado.

La Comuna de París, que sigue siéndole fiel, fracasa en un intento de liberarlos, y la deficiente organización de este intento pone de manifiesto la falta de apoyo del pueblo de París. El Hotel de Ville de París cae sin combate en mano de las tropas de la Convención: Robespierre y sus partidarios son ejecutados el 10 del Termidor del año II. Es el fin de la revolución jacobina.”
(Vovelle Michel – Introducción a la Revolución Francesa – Página 56)
                                               












Tercera parte


“Danton tiene una estatua en el centro de París; docenas de hombres menos importantes tienen calles con sus nombres. Pero Robespierre domina el recuerdo y la historia de la Revolución. Y éste es un monumento apropiado, digno y perdurable.


David P. Jordan








Conclusión

El final fue apasionado, cargado de una violencia inusitada. El apasionamiento nacido en la custodia de sus ideas se transformó en salvaguardia de las vidas involucradas en el conflicto.

El proceso revolucionario, en sí mismo, había llegado a su fin. En cinco años, el antiguo régimen había quedado sumergido en la añoranza de los reaccionarios monárquicos. Lo que había comenzado como una crisis de la nobleza,  introdujo cambios trascendentes en todos los ámbitos sociales, políticos y económicos. Nuevos actores, en lo más alto del poder, generaban e implementaban nuevas ideas y procedimientos que modificaban sustancialmente la vida de los franceses.

Crisis internas y externas sometidas por la violencia y los enfrentamientos entre congéneres y  extranjeros.
Sociedad con reformas que modificaron sus caracteres de vida en todos los ámbitos. El paso de la monarquía absoluta a una monarquía constitucional; la pérdida de privilegios nobiliarios o religiosos; un contrato o social o una nueva forma gobierno fueron algunos de los cambios en la vida de la sociedad francesa.

Pero lo más agitado de su vivencia ocurrió en los dos últimos años, el 93 y el 94. Con una guerra externa que generó un esfuerzo de dimensiones en los patriotas; y con una conmoción interna que demandó tanta sangre como el conflicto exterior.
Y es aquí, donde surgen nuestros interrogantes. Es el momento de la primera República Francesa y el gobierno jacobino que cae el 9 del Termidor (26 de Julio de 1794).

Por lo explicitado, pasaré a contestar las preguntas que surgieron en la construcción de este trabajo de investigación, basándome en los textos utilizados en el proceso de realización del mismo.
De esta manera, trataré de abordar a una conclusión que me acerque a la lógica de la verdad.

La hipótesis inicial sugiere que la acción del terror es la causa que origina la caída del gobierno Jacobino.
Si bien la ley de los sospechosos propone un estado de alerta máxima sobre la seguridad física de la totalidad la población francesa; no es esta la única causante del derrumbe del Jacobinismo en el poder. Más bien, parece una herramienta esgrimida para sustentar un régimen que recogía más enemigos que adherentes.

Robespierre, apuntalado por Saint-Just, Couthon y otros jacobinos, estableció medidas policíacas extremas para disuadir cualquier acción contrarrevolucionaria. Desde el punto de vista militar, la situación era considerablemente comprometida para la República. En este aspecto, las potencias enemigas habían restablecido la agresión en todos sus frentes.
Otro escenario crítico, para el régimen, se originaba en el accionar de los insurrectos monárquicos y católicos que controlaban parte de La Vendée y Bretaña.
Se formuló un  decreto de reclutamiento para toda la población masculina de Francia en buen estado de salud, con el objeto de combatir ambos frentes. Se constituyeron nuevos ejércitos que fueron provistos y enviados prontamente.
El Comité  de Salvación Pública reprimió violentamente la oposición interna.
El terror estaba revelado y los tribunales, como así también, los comités revolucionarios fueron responsables de la ejecución de casi 17 mil ciudadanos en toda Francia.
El 9 del termidor, fecha de la caída del régimen, simbolizó la definitiva clausura revolucionaria y la no instauración de un modelo que ese ultimo gobierno fue incapaz sustentar.
Si bien los Jacobinos heredan los peligros externos de la guerra; las excesivas levas de hombres para el combate le generó la antipatía de los mismos jóvenes concentrados y sus familias. Si bien se exigió priorizar la seguridad de la Nación en peligro, no se tuvo en cuenta la generación del malestar general ante la obligatoriedad de enfrentar los peligros de la contienda.

La cuestión interna es más compleja y atomizada, pues son varios los frentes opositores al régimen, que suscitaron otros motivos que quebraron el orden institucional.
Medidas formuladas contra los clérigos reacios a las ideas revolucionarias, indujeron a la insurrección de las jurisdicciones de la Vendée y la Bretaña, pobladas por gente fanática y vehemente. La sedición de la Vendée, conducida por individuos del lugar  fue una corriente religiosa y popular, que más tarde degeneró en reacción monárquica.
A la beligerancia civil y extranjera sucedieron los reveses y las defecciones. En un escenario convulsionado, la Convención tomó medidas extremas, y desenvainó de su seno un poder ejecutivo revolucionario, los Comités.
Para la defensa interior dispuso la creación de un tribunal revolucionario, ungido de jurisdicción excepcional, encargado de escarmentar a los rebeldes, traidores, cómplices del extranjero. La novedad es que llevaban consigo la guillotina y la muerte como objetivo depurador. El establecimiento en cada municipalidad o sección de un comité revolucionario, y la fundación del Comité de Salvación Pública  que debía concentrar todos los poderes, construyó la huella de una dictadura que iría socavando su propia legitimidad como gobierno.
El partido girondino, cuando poseyó el gobierno en sus manos se resistía a instituir medidas excepcionales y violentas. Los Jacobinos justificaban estas medidas, en vista de la coyuntura  excepcional por la que atravesaba la nación.
A medida que los riesgos iban aumentando, ambos partidos se hacían mutuamente responsables de los males de la patria. Aquella disputa había de terminar con el exterminio de uno de los dos partidos antagonistas. Los más notables Girondinos de la Convención dejaron su vida en la filosa guillotina. A ella arribaron después de cuantiosos incidentes, donde los jacobinos, la municipalidad y una de las secciones de París se pusieron de acuerdo para conseguir de la asamblea su expulsión, cosa que lograron empleando la fuerza saintculotteries contra la Convención. Este golpe de Estado venía a sentar un nefasto precedente, que luego sería sufrido por Robespierre y sus partidarios.
Y no podemos soslayar, el enfrentamiento con la extrema izquierda revolucionaria. Aquella que fuera esgrimida para propinar los grandes golpes, tanto a la reacción monárquica, como a todo aquel revolucionario moderado que trataba de contener el espíritu progresivo de la revolución.
La pieza central del gobierno jacobino, el Comité de Salvación Pública, comienza un crítico proceso de depuración que lo enfrentaría con una fuerza destructiva superior, la soledad del poder. El otro gran Comité, el de Seguridad general, se dedica a aplicar el terror que genera el de Salvación Pública, en un acto de obediencia extrema.
En lo económico, el férreo intervencionismo estatal hizo impopular la medida por la cual se controlaba los precios y los salarios, la ley del Máximo General. Tanto los productores como los asalariados vieron como el Estado les coartaba la libertad de negociación; lo que por supuesto eludía toda empatía con el gobierno.
Tantos enfrentamientos de ideas y propósitos, tanta crisis engrosada por las pasiones  encontradas, tanta sangre vertida a favor de concebir el triunfo de los bandos en disputa; llevo al Comité de Salvación a perder homogeneidad. Un escenario poblado de posibles enemigos elevó la desconfianza hacia su mismo entorno. El ala de ultraizquierda, que había visto morir a sus lideres populares en la guillotina robespierrista, se volvió refractario al liderazgo de los que ostentaban el poder ejecutivo.
Faltaba solamente un pretexto para ejecutar el golpe de gracia que produciría la caída del régimen, y se lo obsequió Robespierre acusando en forma anónima de corrupción a la Convención. La ley del sospechoso con su guillotina a cuestas se hacía presente en el más alto poder de la República.
La presente investigación propone que las causas que originaron el derrumbe del gobierno Jacobino son múltiples. Y el terror se convierte en la consecuencia de esas multiplicidades y se traslada de una guerra militar a una larvada guerra civil, donde la sospecha de la traición es su constante.
“El Comité de Salvación Pública pierde homogeneidad y los izquierdistas-Collot d´Herbois o Billaud Varenne-atacan a Saint Just, Roberpierre y Couthon, cuyo aislamiento es cada vez mayor. La crisis estalla en Termidor, después de un eclipse muy prolongado de Robespierre. El llamamiento anónimo que pronuncia en la Convención el 8 del Termidor contra los “bribones”, lejos de evitar el ataque, lo precipita.”
(Michel Vovelle – Introducción a la Revolución francesa – Página 56)
Cronología

REVOLUCIÓN FRANCESA
(Hasta al caída del gobierno Jacobino)
1787
-INICIO DE LA "REVUELTA ARISTOCRÁTICA"
-(FEBRERO) REUNIÓN DE LA ASAMBLEA DE LOS NOTABLES.
-(MAYO) DISOLUCIÓN DE LA ASAMBLEA DE LOS NOTABLES
-(JULIO) EL PARLAMENTO DE PARÍS PIDE QUE SE CONVOQUE A LOS           ESTADOS GENERALES.

1788
-(AGOSTO) CONVOCATORIA DE LOS ESTADOS GENERALES PARA EL 1 DE MAYO DE 1789
-(SEPTIEMBRE) VICTORIA DE LA "ARISTOCRACIA" Y RETORNO DEL PARLAMENTO A PARÍS SEGUIDO DE POR DESÓRDENES POPULARES
-(DICIEMBRE) LOS DISTURBIOS POR LOS ALIMENTOS EN FRANCIA SE CONVIERTEN PRONTO EN REVUELTA CAMPESINA CONTRA EL FEUDALISMO.

REVOLUCIÓN INSTITUCIONAL, URBANA O MUNICIPAL Y CAMPESINA
1789
-(ENERO/ MAYO) PREPARACIÓN DE LOS CAHIERS DE DOLÉANCES Y LAS ELECCIONES PARA LOS ESTADOS GENERALES
-(MARZO) ELECCIONES PARA LOS ESTADOS GENERALES
-(MAYO) REAL SESIÓN DE APERTURA DE LOS ESTADOS GENERALES
-(PRIMAVERA) SE AGUDIZAN LAS REBELIONES ANTINOBILIARIAS.
-(MAYO) EL TERCER ESTADO TOMA EL NOMBRE DE "COMUNES"
-(MAYO/ JULIO) EL 3º ESTADO NO ACEPTA EL VOTO ESTAMENTAL.
-(17 DE JUNIO) LOS "COMUNES" SE AUTODENOMINAN ASAMBLEA NACIONAL
-(20 DE JUNIO) JURAMENTO DEL JUEGO DE LA PELOTA
-(9 DE JULIO) LA ASAMBLEA SE PROCLAMA ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE
-(14 DE JULIO) TOMA DE LA BASTILLA
-(JULIO) "REVUELTA MUNICIPAL". EL REY ACEPTA LA REVOLUCIÓN EN LA COMUNA
-(JULIO/ AGOSTO) REBELIÓN CAMPESINA CONTRA EL FEUDALISMO. EL GRAN MIEDO
-(4 DE AGOSTO) LA ASAMBLEA RESPONDE EN LA "NOCHE DEL 4 DE AGOSTO": ABOLICIÓN DE LOS PRIVILEGIOS DE LA NOBLEZA Y DEL CLERO
-(26 DE AGOSTO) APROBACIÓN DE LA DECLARACIÓN DE LOS DERECHOS DEL HOMBRE
-(OCTUBRE) MARCHA DE LAS MUJERES HACIA VERSALLES. REGRESO DEL REY A PARÍS, SEGUIDO POR LA ASAMBLEA NACIONAL.
(NOVIEMBRE) SE PONE LOS BIENES DEL CLERO A DISPOSICIÓN DE LA NACIÓN
-(DICIEMBRE) VENTA DE LAS TIERRAS DE LA IGLESIA. EMISIÓN DE LOS ASIGNADOS.
.
1790
-AÑO DE ESTABILIDAD ECONÓMICA
-(ABRIL) CREACIÓN DEL CLUB DE LOS CORDELEROS
-(JUNIO) ABOLICIÓN DE LA NOBLEZA Y LOS TÍTULOS POR LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE
-(JULIO) APROBACIÓN DE LA CONSTITUCIÓN CIVIL DEL CLERO.
-(JULIO/ AGOSTO) DISTURBIOS CONTRA-REVOLUCIONARIOS EN LYÓN
-(NOVIEMBRE) SE IMPONE EL JURAMENTO: "POR LA NACIÓN, POR LA LEY, POR EL REY"

1791
-MALAS COSECHAS,- ESPECULACIÓN E INFLACIÓN
-(INVIERNO) FORMACIÓN DE LA CONSTITUCIÓN CIVIL DEL CLERO. PIO V CONDENA LA CONSTITUCIÓN CIVIL DEL CLERO
-(INVIERNO/ OTOÑO) LEVANTAMIENTOS CAMPESINOS. CLUBES EN LAS CIUDADES.
-(PRIMAVERA/ VERANO) LA CONTRA-REVOLUCIÓN CONTINÚA EN EL SUR DE FRANCIA.
-(MAYO) LEY DE CHAPELIER QUE PROHÍBE LAS COALICIONES OBRERAS
-(JUNIO) FUGA DE LA FAMILIA REAL Y ARRESTO EN VARENNES
-(JULIO) LOS MODERADOS DEL CLUB DE LOS "FEUILLANTS" SE SEPARAN DE LOS JACOBINOS PARA QUEBRAR LA MAQUINA DE INSURRECCIONES
-(13/ 16 JULIO) LA ASAMBLEA REINSTAURA AL REY.
-CRISIS (17 DE JULIO) MASACRE DE CAMPO DE MARTE
-(27 DE AGOSTO) DECLARACIÓN DE PILLNITZ: LAS POTENCIAS AMENAZAN A LA REVOLUCIÓN
-(SEPTIEMBRE) CONSTITUCIÓN MONÁRQUICA CONSTITUCIONAL. INICIO DE ASAMBLEA LEGISLATIVA
-(DICIEMBRE) MINISTERIO "FEUILLANTS" (GIRONDINOS Y JACOBINOS A LA IZQUIERDA)
-(12 DE DICIEMBRE Y 2 DE ENERO) DISCURSOS DE ROBESPIERRE CONTRA LA GUERRA

1792
-DE LA HEGEMONÍA GIRONDINA A LA JACOBINA.
-(MARZO) DESÓRDENES EN PARÍS Y EN REGIONES RURALES A CAUSA DE LA ESCASEZ DE ALIMENTOS
-(PRIMAVERA) FORMACIÓN DE MINISTERIO DE MAYORÍA GIRONDINA
-(ABRIL) FRANCIA DECLARACIÓN DE GUERRA A AUSTRIA
-(MAYO) DECRETO DE DEPORTACIÓN DE LOS SACERDOTES QUE RECHAZAN EL JURAMENTO
-(JUNIO) SEPARACIÓN DE LOS MINISTROS GIRONDINOS POR SUS DECLARACIONES CONTRA LAS ACTITUDES CONSPIRATIVAS DE LA CORTE. .
-(JULIO) DECLARACIÓN POR LA ASAMBLEA DE LA PATRIA EN PELIGRO. "MANIFIESTO DEL DUQUE DE BRUNSWICK", AMENAZA DE DESTRUCCIÓN DE PARÍS. MOVILIZACIÓN URBANA. LIDERAZGO JACOBINO Y CORDELERO. LOS GIRONDINOS TEMEN DESBORDES.
-(AGOSTO) TOMA DEL PALACIO DE LAS TULLERÍAS Y CAÍDA DE LA MONARQUÍA. CONVOCATORIA DE LA CONVENCIÓN. SE ESTABLECE EL SUFRAGIO UNIVERSAL.
-(SEPTIEMBRE) MASACRES EN LAS PRISIONES DE PARÍS Y EN LAS PROVINCIAS. FIN DE LA ASAMBLEA LEGISLATIVA E INICIO DE LA CONVENCIÓN NACIONAL. ABOLICIÓN DE LA MONARQUÍA. AÑO I DE LA REVOLUCIÓN
-(SEPTIEMBRE/ OCTUBRE/ NOVIEMBRE) ENTRADA DE LOS FRANCESES EN SABOYA Y NIZA. RETIRADA DE LOS PRUSIANOS. LOS FRANCESES OCUPAN FRANCFORT Y MAGUNCIA. VICTORIA DE DUMORIEZ EN JEMMPES. OCUPACIÓN DE BÉLGICA
-(DICIEMBRE) PROCESO AL REY. ENFRENTAMIENTO ENTRE GIRONDINOS Y JACOBINOS.

1793
-ALIANZA ENTRE LA BURGUESÍA REVOLUCIONARIA Y SAN CULOTTES.
-(21 DE ENERO) EJECUCIÓN DEL REY.
-(FEBRERO) FRANCIA DECLARA LA GUERRA A INGLATERRA Y A HOLANDA. LEVA DE 300.000 Y RESISTENCIAS EN LAS PROVINCIAS DEL OESTE DE FRANCIA. 
-(MARZO) DISTURBIOS PARISINOS CONTRA LA MODERACIÓN GIRONDINA. CREACIÓN DEL "TRIBUNAL REVOLUCIONARIO".
-(ABRIL) DERROTA Y POSTERIOR TRAICIÓN DE DUMORIEZ. CREACIÓN DEL "COMITÉ DE SALVACIÓN PÚBLICA" (CON INCLUSIÓN DE DANTÓN)
-(ABRIL/ MAYO) COMIENZO DE LA INSURRECCIÓN FEDERALISTA (ANTI-JACOBINA) EN MARSELLA Y LYÓN.
-(31 DE MAYO) MANIFESTACIÓN POPULAR CONTRA LA GIRONDA EN LA CONVENCIÓN.
-(2 DE JUNIO) NUEVA JORNADA REVOLUCIONARIA: ARRESTO DE LOS GIRONDINOS.
-(24 DE JUNIO) APROBACIÓN DE LA CONSTITUCIÓN JACOBINA DEL AÑO I. ALIANZA ENTRE JACOBINOS Y SAN CULOTTES.
-(JULIO) ASESINATO DE MARAT. ROBESPIERRE, SAINT-JUST Y COUTHON DESIGNADOS MIEMBROS DEL COMITÉ DE SALUD PÚBLICA.
(AGOSTO) LA CONVENCIÓN RECONQUISTA MARSELLA.
-(SEPTIEMBRE) MOVIMIENTOS POPULARES EN PARÍS. LEY DE "SOSPECHOSOS" Y COMIENZO DEL TERROR. LA LEY DEL MÁXIMO GENERAL FIJA TOPES A PRECIOS Y SALARIOS. FORMACIÓN DE UN EJÉRCITO REVOLUCIONARIO PARISIENSE.
-(OCTUBRE) SE SUSPENDE LA CONSTITUCIÓN: EL GOBIERNO ES REVOLUCIONARIO HASTA LA PAZ". REPRESIÓN DE LA REVUELTA EN LYÓN. COMIENZO DE LA CAMPAÑA DE DESCRITIANIZACIÓN. EJECUCIÓN DE MARÍA ANTONIETA Y DE LOS LÍDERES GIRONDINOS.
-(NOVIEMBRE) FIESTA DE LA LIBERTAD Y LA RAZÓN EN LA CATEDRAL DE NOTRE DAME DE PARÍS. ROBESPIERRE DENUNCIA LA CAMPAÑA DE DESCRITIANIZACIÓN.




1794
-EL GOBIERNOJACOBINO SE PROPONE DISOLVER LAS SOCIEDADAS POPULARES, LICENCIAR A LOS EJÉRCITOS REVOLUCIONARIOS Y DISCIPLINAR A LA COMUNA DE PARÍS.
-(FEBRERO/ MARZO) LEYES DE VENTOSO: ABOLICIÓN DE LA ESCLAVITUD EN LAS COLONIAS FRANCESAS.
-(MARZO/ ABRIL) ARRESTO Y EJECUCIÓN DE HÉRTISTAS. ARRESTO Y EJECUCIÓN DE DANTONISTAS. HEGEMONÍA JACOBINA Y APOYO MODERADO DE SAN CULOTTES.
-(JUNIO) ROBESPIERRE PRESIDENTE DE LA CONVENCIÓN. FIESTA DEL SER SUPREMO. VICTORIA FRANCESA CONTRA LOS AUSTRIACOS.
(JUNIO/ JULIO) REFORMA DEL TRIBUNAL REVOLUCIONARIO Y COMIENZO DEL GRAN TERROR.
-(27 DE JULIO) GOLPE DE ESTADO DEL 9 TERMIDOR: CAÍDA Y EJECUCIÓN DE ROBESPIERRE Y SUS ALIADOS. LA COMUNA DEBILITADA INTENTA UN RESCATE.
-(AGOSTO/ SEPTIEMBRE/ OCTUBRE) REORGANIZACIÓN DEL GOBIERNO EN 16 COMITÉS. LA REPÚBLICA NO FINANCIA NINGÚN CULTO. CREACIÓN DE LA ESCUELA NORMAL. OBJETIVOS DE TERMIDOR: ENCAUSAR LA REVOLUCIÓN Y UN NUEVO ORDEN DE "PAÍS DE PROPIETARIOS"
-(NOVIEMBRE) CLAUSURA DEL CLUB DE LOS JACOBINOS.
-(DICIEMBRE) ABOLICIÓN DE LAS LEYES DEL MÁXIMO.




Bibliografía



-          La era de la  Revolución, 1789-1848 – Eric J. Hobsbawn – Editorial Critica

-          Historia de la Revolución francesa – Piotr Kropotkin – Editorial Vergara Grupo Zeta


-          Introducción a la Revolución Francesa – Michel Vovelle – Editorial Critica

-          Robespierre. El primer revolucionario – David P. Jordan – Editorial Vergara Grupo Zeta

-          Robespierre. La razón del Pueblo – Horacio Sanguinetti – Eudeba

-          El socialismo en la Revolución Francesa – Vanesa Montacuto Chaminaud – Editorial Fraterna

-          Historia de la Revolución Francesa – Jules Michelet – Artes Gráficas Bodoni S.A.I.C.

-          Robespierre y la psicopatología del héroe – Jorge Thenon – Impresiones El sol SRL

-          Robespierre. El primer revolucionario – David P. Jordan – Editorial Vergara Grupo Zeta




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